miércoles, 21 de julio de 2010

Una nueva promesa hacia la cura del virus de la inmunodeficiencia humana

Hace dos años un hombre norteamericano residente en Alemania recibíó un trasnplante de médula ósea. Este paciente estaba infectado con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), causante del SIDA y como consecuencia había desarrollado leucemia. Como medida extrema, el paciente recibió un transplante de médula ósea, pero a diferencia de otros transplantes de este tipo, el donador era una persona cuyas células son inmunes al VIH.

Después del transplante, el paciente no sólo se curó de leucemia sino también de VIH. Dos años después, siguen analizándolo buscando el virus, pero todo indica que éste ha desaparecido del llamado paciente de Berlín. ¿Cómo es esto posible?

La médula ósea es la encargada de producir las células de la sangre, estas son las células que ataca el VIH. Para entrar a una célula los virus "engañan" a la pared celular usando proteínas que son aceptadas por la célula. Una vez dentro de ella, el virus modifica el material genético de la célula de manera que, cuando la célula se reproduce, lo que hace en realidad es reproducir a los virus. Ahora bien, se han detectado grupos humanos que son inmunes al VIH. Esto se debe a que sus células no reconocen la proteína de la cubierta del VIH y por lo tanto éstas no son infectadas. El paciente de Berlín recibió médula ósea de una persona inmune al VIH por lo que las nuevas células sanguineas que produjo también fueron inmunes al virus y hasta la fecha lo han mantenido sano.

Ahora bien, esto no es en sí una cura del VIH. Los transplantes de médula ósea son operaciones extremas, dolorosas y muy caras. Para las personas que viven con el virus en países de África o Latinoamerica, un tratamiento como este resulta imposible. Pero hay esperanza. El enfoque ahora está puesto en lo que se llama la terapia genética, que  en términos generales consistiría en que el cuerpo comenzara a producir células sanguíneas inmunes al VIH.